[Publicado originalmente en https://interstices-fajawat.org/. Traducción de Pablo Abufom Silva, edición de Karina Nohales y Aníbal Romo. Levantinos se refiere a una persona de Levante, gran zona de Medio Oriente donde se ubican Siria, Palestina y Líbano.]
Sabíamos que la cuestión siria era la prueba perfecta.
Pero ya en las cuestiones palestina y ucraniana habíamos tenido ocasión de detectar el orientalismo que penetra en los círculos izquierdistas occidentales. El genocidio de nuestros hermanos y hermanas palestinos nos había dado una ilusión de unidad y nos había hecho creer por un momento que la izquierda occidental había comprendido por fin lo que estaba en juego en la cuestión colonial. Excepto la izquierda radical alemana, sumida en su culpabilidad cristiana e incapaz de percibir la presencia judía ashkenazi[1] en Palestina como la encarnación del proyecto colonial supremacista blanco. Sí, compañeros izquierdistas alemanes, el sionismo se inspiró desde sus primeros días en las teorías supremacistas alemanas, en particular en la teoría del Lebensraum. Herzl escribió en sus memorias que quería civilizar a los judíos orientales, a los que veía como árabes. Y los kibutzim no son una excepción a este legado, aunque se autodenominen «socialistas».
Pero no importa. Pensábamos que estábamos unidos, pero ya las acaloradas discusiones sobre la «resistencia palestina» encarnada por Hamás nos llevaban de nuevo a las de la «resistencia libanesa» encarnada por Hezbolá. Nosotros, las fuerzas progresistas, tuvimos que aceptar que las fuerzas autoritarias y ultraconservadoras se habían convertido en nuestros aliados, porque los colonos nos habían impuesto el apartheid y el genocidio. Como siempre, al igual que en Ucrania, la guerra imperialista nos obligó a hacer concesiones insoportables a fuerzas oscurantistas y corruptas que sólo esperan llegar al poder para transformar nuestras sociedades ya colonizadas en una pesadilla fundamentalista. Nuestros opresores se convirtieron, como siempre, en el eje de la resistencia al mal capitalista estadounidense. Gracias a la ayuda norteamericana, gracias a su imperialismo y a sus guerras, tuvimos que renunciar a luchar por nuestra emancipación: concentración total en la guerra. Y la guerra nunca es de izquierdas.
Nota: no olvidemos los escritos visionarios de Franz Fanon.
Pero Hamás no es Hezbolá. Hamás, al que no apoyamos en su ejercicio del poder, pero cuya lucha armada contra los colonos hemos apoyado en algunos aspectos, encarna una lucha de liberación nacional librada por palestinos, para palestinos, contra el enemigo de los palestinos. Hezbolá, por su parte, es el producto de una guerra civil nacionalista e interreligiosa (1976-1990), unida a una doble invasión extranjera por parte de Israel y Siria, y a la injerencia extranjera de Irán, que vio en el Líbano, y en particular en su comunidad chiíta, un activo estratégico de primer orden. Hezbolá fue concebido como el mercenario de Irán y Siria, que empezó por eliminar a los movimientos de resistencia palestinos progresistas y laicos de izquierda en el Líbano, así como a sus aliados libaneses:
Recuerden la masacre de refugiados palestinos en Tel al-Zaatar, con la complicidad del ejército sirio.
Recuerden la ira de Yasser Arafat contra Hafez al-Assad y la ruptura de alianzas entre la OLP y Siria.
Recuerden el asesinato del dirigente druso Kamal Djumblatt, amigo y aliado de Yasser Arafat, por los esbirros del partido social-nacionalista sirio en 1976.
Recuerden la privación de libertades políticas a los palestinos en el Líbano y Siria desde 1980 hasta hoy, impuesta por Hezbolá y el régimen de Assad.
Y si no lo recuerdan, ¡por favor, edúquense!
No podemos enumerar aquí las mil traiciones a la causa palestina y crímenes cometidos contra palestinos y sirios por Hezbolá, así como sus compromisos con el capitalismo occidental, pero podemos invitarles a leer el edificante libro de Joseph Daher, «Hezbolá, fundamentalismo religioso y liberalismo».
Joseph Daher es un compañero de la izquierda árabe.
Recuerden el secuestro y asesinato de Michel Seurat en 1985 por la Yihad Islámica, afiliada a Hezbolá, por orden de Hafez al-Assad.
Michel Seurat escribió un libro de referencia sobre la dictadura siria titulado «El Estado de Barbarie».
Michel Seurat era un hombre de izquierdas, casado con una escritora siria, Marie Seurat. Su hija Leila es ahora experta en la cuestión palestina y ha escrito «Hamás y el Mundo», que ustedes deberían leer.
Pero volvamos atrás. El destino de sirios y palestinos, que son pueblos hermanos, quedó sellado por las intervenciones iraní y siria en el Líbano. En lugar de «sellado», deberíamos decir «separado».
Hafez al-Assad encarceló durante años a activistas progresistas de izquierda, seguido en esta labor contrarrevolucionaria por su hijo Bashar.
Cuando miles de sirios, entre ellos miles de progresistas de izquierda, se sublevaron contra el fascismo de Assad, Irán, Hezbolá y luego Rusia participaron activamente en la contrarrevolución, masacrando al pueblo sirio y haciendo desaparecer a miles de sirios en el infierno de concentración del régimen, antes de hacer proliferar bandas afiliadas a Hezbolá y al Partido Social Nacionalista Sirio, convirtiendo a Siria en una fábrica de captagón[2] y al régimen en un narcoestado.
Cuando Assad liberó a miles de islamistas para destruir la revolución popular, y luego los manipuló para desestabilizar la resistencia local a diestra y siniestra, ustedes no vieron nada.
Cuando Assad, luego Occidente y Rusia acordaron centrarse en el peligro islamista, todos ustedes cayeron en la trampa de la retórica antiterrorista. ¿No sabían que la lucha contra el terrorismo es en todas partes y todo el tiempo el argumento para destruir las revoluciones? ¿No vieron que los miles de reclutas de Al Qaeda y del Estado Islámico eran sobre todo no sirios, muchos de ellos occidentales?
El Estado Islámico organizó masacres en París, luego cortó cabezas delante de las cámaras desde el desierto sirio, y ustedes hicieron la vista gorda ante los crímenes de guerra mucho más masivos del ejército y la shabiha[3] de Bashar.
Hay un viejo dicho: «Cuando señalas la luna, el tonto mira el dedo». Eso es lo que ha hecho Occidente, y eso es lo que ha hecho la izquierda, condenar a muerte la revolución siria, condenar a muerte a cientos de miles de sirios.
Si ustedes hubieran apoyado nuestra revolución, el Estado Islámico habría sido cortado de raíz, y el genocidio de los kurdos no habría tenido lugar.
USTEDES mataron nuestra revolución, por su complicidad en el crimen.
¿Han leído los escritos de Yassin al-Haj Saleh?
¿Han leído los de su compañera Samira Khalil?
¿Sabían que ambos fueron encarcelados por su oposición al régimen y su pertenencia al Partido Comunista Sirio?
¿Han oído hablar del anarquista sirio Omar Aziz, cuyo modelo de comités de coordinación local influyó en la revolución siria, hasta que fue detenido y torturado hasta la muerte por agentes del régimen?
¿Han oído hablar de Raed Fares y de sus actividades pacifistas a iniciativa de las manifestaciones de los Ciudadanos Libres de Kafranbel?
No, camaradas de izquierda, no han oído hablar de nosotros. No han querido ver, cegados por su campismo y su ignorancia de las especificidades políticas del Levante. Como buenos occidentales, aplicaron sus filtros y marcos ideológicos a nuestras realidades, pero también y sobre todo su análisis binarista: «todos los enemigos de mis enemigos son mis amigos».
Felicitaciones, izquierdistas occidentales, se han convertido en los mejores partidarios del fascismo oriental y sus imperialismos.
Y ahora el epílogo, con una breve mirada a la cuestión palestina.
¿Han oído hablar del campo de Yarmuk? ¿Sabían que las milicias palestinas disidentes con respecto a los partidos que tradicionalmente encarnan la resistencia palestina de izquierdas (OLP) apoyaron a Assad en la represión de los ímpetus revolucionarios anti-Assad de los palestinos de Yarmouk? ¿Sabían que fueron cómplices del bombardeo del mayor campo de refugiados palestinos del mundo (160.000 residentes) desde 2012, y luego de su asedio desde 2013?
Lean también lo que Assad y Rusia ofrecieron a los islamistas de Yarmuk (Damasco) y de la cuenca de Yarmuk (Deraa) en mayo y noviembre de 2018. Basta con ver las consecuencias para las comunidades drusas de Suwayda.
Instrúyanse, camaradas izquierdistas.
Si siguen leyendo, quítense la venda de los ojos y descubrirán que el régimen sirio es uno de los pocos del mundo que ha prohibido sistemáticamente todas las manifestaciones propalestinas. Incluso durante el genocidio, Assad ni siquiera intentó organizar una manifestación falsa para apoyar su propaganda pro-palestina. Nada.impulse
Nada, excepto en Idleb y Suwayda, las dos únicas regiones que no estaban bajo el control militar del régimen. En ambas ciudades, los sirios no dejaron de apoyar a sus hermanos y hermanas de Palestina.
Pero ustedes no lo vieron. Prefirieron creer que Irán y Hezbolá eran la única esperanza de los palestinos, cuando ni siquiera el 1% de sus cohetes lograron romper la seguridad del régimen sionista. Pura palabrería.
Los sirios nunca se han dejado engañar por los altisonantes discursos de Nasrallah y Jomeini, sus grotescas amenazas y sus patéticos fuegos artificiales.
Pero ustedes, la izquierda occidental, pensaban que eran el eje de la resistencia, la vanguardia de las luchas anticoloniales.
Y ahora que los sirios se han liberado (y a quién le importa si Turquía empujó desde atrás, ya que no tiene control sobre los millones de sirios liberados de Assad), ustedes han unido fuerzas con reaccionarios de todo tipo, especialmente en Occidente, para darnos lecciones sobre antiterrorismo.
«Tengan cuidado, árabes, sus rebeldes son yihadistas encubiertos, que no se asumen como tales. Los traicionarán y los comerán vivos».
Gracias, supremacistas blancos, por su preocupación. Pero en cuanto a la cuestión siria, ustedes no son mejores que los alemanes anti-Deutsch con respecto a la cuestión palestina.
Sabemos mejor que nadie en el mundo cuál es el peligro islamista. Ustedes lo descubrieron en el World Trade Center y en el Bataclan, y de repente el mundo entero tuvo que llorar lágrimas ardientes por ustedes. Pero ¿sabían que más del 80% de las víctimas islamistas desde los años 80 han sido musulmanes y árabes? ¿Sabían también que fueron los sirios los únicos que se enfrentaron a los fanáticos religiosos de DAESH en su propio suelo?[4]
¿Dónde estaban ustedes para protegernos, ustedes que hoy son tan condescendientes con nosotros, cuando Hayat Tahrir al-Sham ha conseguido en una semana lo que nosotros simplemente habíamos dejado de soñar hace una década?
¿Han leído los mensajes llenos de solidaridad y afecto hacia sus hermanos y hermanas sirios de Wael al-Dahdouh, el periodista palestino cuya familia entera fue diezmada por Israel?
No, una vez más, no vieron nada. Todo lo que ustedes vieron en nosotros ha sido nuestro potencial islamista. Los árabes estamos demasiado atrasados para entender cómo funciona la democracia, el socialismo y el laicismo…
Mientras Israel ha esperado a que cayera su querido socio Bashar para atacar a los sirios en Quneitra (al momento de escribir estas líneas), su campismo queda al descubierto, y con él su complicidad con todas las potencias extranjeras que utilizan nuestra tierra como patio de recreo.
Assad ha caído y ha comenzado una nueva era para los sirios. Miles de presos, algunos de los cuales llevaban 40 años encerrados, han sido liberados de las peores cárceles del mundo en los últimos días.
Lloremos por fin y explotemos de alegría, respiremos por fin.
Y ocúpense ustedes de sus propios fascistas, que están corrompiendo sus cómodas democracias.
Nosotros nos ocuparemos de los nuestros. No nos liberen, ¡nosotros nos encargaremos de eso!
[1] Término de origen hebreo que se refiere a los judíos que se establecieron en Europa Central y Oriental, así como a sus descendientes.
[2] Droga sintética psicoestimulante.
[3] Grupo paramilitar sirio leal al gobierno y al Partido Baaz.
[4] También hay fuerzas kurdas que no son de Siria que han enfrentado al DAESH, o Estado Islámico. [Nota de Editores]
Iniciativa Instersticios/Fajawat
Intersticios-Fajawat es una iniciativa de base lanzada en septiembre de 2023 con la intención principal de informar sobre la situación política actual en Siria. En concreto, esta iniciativa se puso en marcha para arrojar luz sobre el movimiento de protesta popular y democrático iniciado un mes antes en la gobernación de Suwayda, en el sur de Siria. Los miembros de Intersticios-Fajawat provienen de entornos culturales diferentes, pero comparten los mismos valores filosóficos, sociales y políticos, así como las mismas aspiraciones de transformación social radical desde abajo.